ZAPATOS AZULES

Lloré al ver

la ciudad desde lo alto

y al adivinar la casa que también fué tuya

Mientras sigo caminando en mis zapatos azules recorriendo el resto del camino sin sentir el peso de lo andado

MARRUECOS-MÉXICO

Después de unos felices días perdidos en la Medina de Assilah y justo cuando teníamos que volver, el temporal se hizo dueño del estrecho.
El Sábado, desde Tanger, mirabamos la costa española de reojos,
- con lo cerca que estamos y tan lejos...¡
El domingo unos cientos de personas se agolpaban en la sala de embarque del barco prometido.
A nuestro lado un grupo de estudiantes méxicanos nos compartían cigarros e inquietudes mientras una estudiante americana pertrechada con todo tipo de escafandras, nos observaba temerosa desde el otro estremo de la sala.
A medida que iban pasando las horas la cosa se iba complicando. Llegó un barco que prometía llevarnos a Tarifa, la gente se agolpó en la puerta de entrada al embarque mientras una voz lejana, gritaba;
-" sólo para los de Algeciras, los de Algeciras, Tarifa luego".
El caso es que aquella voz consiguió convencer a un tanto por ciento de los esperantes que dejamos paso entre empujones y maletas voladoras a los supuestos viajeros a Algeciras que no era sino avispados que previo sobornos habían ido pasando los primeros.
Cuando los barcos zarparon dejandonos con la boca abierta el ambiente se calentó dando paso a un motín de pasajeros en toda regla. Hubo gritos más cómicos que trágicos contra todo lo que se movía y hsta se intentaron tomar rehenes.
Después de una larga espera amenizada como única posibilidad, por paquetes de patatas Lays llegó un barco a recogernos.
A los agentes portuarios les faltó tiempo para soltarnos por escandalosos en el muelle al fresquito del levante.a espera el embarque.
De regreso a casa por la carretera desierta, llegué a la conclusión de que he sido la última en llegar a casa este puente. Siempre aprovechando hasta el último minuto...