Pisas y levantas el polvo

estornudo, me río, me desvistes, te muerdo un brazo.

Cae al suelo un lazo, nos ata de las piernas, te desvisto, te ries, me muerdes el corazón.

Estornudas y el polvo continua.

Poema de Hamor


Sin saber que existías he vivido largo tiempo
pasaban los días siendo la vida otra cosa.
Después de tus manos ya no espero nada
Si acaso me faltas que la noche me lleve.
(A un Bar)

Arconada.

Mi amoroso hermano de la Ría,
una no sabe ya ni cómo devolverte tanto mimo.
Tan delicado con todos y con todo que casi ni me pude sorprender al ver
tu exquisita bodega descansando sobre la cama de tu casa.
Nunca te vi dejar de sonreír, a tu lado nunca se apaga ninguna luz.

Ramón Sampedro.

Querido Ramón, he seguido tus pasos por As Furnas , persiguiendo la belleza que un día te hizo dar el gran salto dónde tus sueños se secaron de golpe.

Es tan fácil en aquel lugar, olvidarte que eres un hombre, es tan sencillo

sentirse duna al sol, o piedra o monte.

Sólo alguien, con tal cantidad de belleza almacenada en su interior,

es capaz de vivir la Cara B de la vida con tanta dignidad y gratitud.

Ahora  se que te quiero y que como As Furnas, vives en mi.

Correcaminos.

Subidos en la nave espacial donde no existe el tiempo

viajamos de costa a costa.

 Una tarde hasta paseamos entre las nubes,

o tal vez fuera un sueño.

Día tercero.

El día tercero nos vencieron las ganas, no nos detuvo el miedo
 tu boca me condujo al precipicio, tus alas aguantaron mi vuelo.

Uno de Agosto.

Pasó un Ángel y todo se paró menos mi corazón

Ese día casi tengo que ir a buscarlo a la otra orilla.

Llegó sin avisar y lo que fue antes ya fue para nunca. 

Ahora se que todo es para siempre.